Pico y placa Medellín

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Salió de un pasado violento a ser egresado y docente del Colegio Mayor

Salió de un pasado violento a ser egresado y docente del Colegio Mayor

Conocimos con nuestra Cámara Ambulante a un hombre que en la década de los 80 hizo parte de los combos delincuenciales de la ciudad, vivió el terror del narcotráfico y quedó con discapacidad visual tras un atentado. Tres décadas después, recorre las instituciones educativas de Medellín contando su historia y demostrándole a niños y adultos que salir de la confrontación sí es posible y que hay otras opciones de vida. Esta es la historia de Rubén Alexander Guiral, un hijo de la guerra.

A los doce años de edad, Rubén Alexander, acepta que ya había enfundado un arma de fuego.

Aunque era consiente que hacía parte de la guerra del narcotráfico en las décadas de los 80 y 90, este hombre asegura que un atentado en la tarde del 31 de mayo de 1991, le cambió la vida.

Después de que todos lo creían muerto, Rubén se recuperó y con las secuelas de la discapacidad visual, se dedicó a contar su historia y a demostrarle a niños y adultos, porque es mejor el camino de la legalidad y estimula a los jóvenes a no dejarse seducir por combos delincuenciales y apartarse de la violencia.

Las huellas de la guerra lo incentivaron a estudiar y hoy es graduado en Planeación y Desarrollo Social del Colegio Mayor donde también es docente, no hay un solo día que no comparta su historia de supervivencia y está convencido que con su testimonio, ha logrado arrebatarle a la violencia, jóvenes y niños de las 16 comunas y cinco corregimientos de Medellín.

En su rostro, cabeza y manos tiene los recuerdos de una niñez mal vivida pero en su alma y corazón los sueños intactos de compartir los caminos de la legalidad y cómo con educación y oportunidades, se puede combatir la delincuencia y la violencia.