En épocas como ésta la autoridad suele alertar sobre el licor adulterado que está en la calles, y que prolifera en épocas así para infortunio de víctimas cada vez más numerosas, y más desinformadas, y más vulnerables.
Durante los últimos años por esta época ha habido siempre esta advertencia: por una botella de alcohol etílico, es decir, apto para el consumo humano, hay otra de alcohol metílico, esto es, trago adulterado y piratiado y puesto a la venta sin consideración alguna de los estragos que causa, severas intoxicaciones entre lo más leve. Al comerciante inescrupuloso sólo le importa su ganancia.
Lo más grave: la muerte; como mínimo, la ceguera.
Se han publicado historias atroces que dan cuenta de lo que les ha pasado a muchos… y a muchos les puede pasar. Además de antiético, que no es castigado, es ilegal, que sí da castigo, pero en un país donde nadie quiere ver mucho pero muchos quieren beber, hay que ponerse los anteojos y ayudar a la autoridad.
No es un fenómeno nuevo, mas no por ello de poca monta. Si no abrimos los ojos frente al licor adulterado corremos el riesgo, a cuenta de la falta de escrúpulos, de no poder abrirlos para ninguna otra cosa.
A familia y educadores, autoridad y dueños de bares, a todos en casos como éste nos está prohibido sufrir de ceguera.
Luis Alirio Calle
@LuisAlirioCalle
