Desde el martes pasado es ley de la República el reconocimiento legal e institucional de la drogadicción como enfermedad. En consecuencia, el problema, considerado “de salud pública”, deberá ser atendido por el sistema de salud, cosa que hasta ahora no había ocurrido en este país.
Sin duda es un gran avance el reconocimiento oficial en Colombia de la drogadicción como un asunto a ser tratado por los médicos y no por la policía, pues ahora el país cuenta con la Ley 1566 de 2012, sancionada ya por el Presidente. Más que delito es enfermedad, y más que vicio es epidemia.
El ministro de Hacienda se asustó porque esto va a costar mucha plata, pero más plata y con resultados inútiles devora la guerra contra las drogas. Hay venta de drogas porque hay compradores; hay compradores porque están enfermos; están enfermos porque sufren males que no sanan en calabozos sino con tratamiento médico.
Ahora, esta ley favorecerá a los más pobres, entre los que hay miles de enfermos, pues los tratamientos que hay en centros privados son muy caros y por lo tanto elitistas. Sólo falta esperar que sí funcione, señor Estado, en este estado en que se encuentra el sistema de salud.
Queda claro, pues, que es una enfermedad, y la enfermedad no se cura con cárcel, ni a balazos.
Luis Alirio Calle M.
@LuisAlirioCalle