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El propósito: la paz

Paz

Con consideraciones para no ser ilusos y con advertencias sobre errores del pasado, han sido casi unánimes las manifestaciones de apoyo al presidente Santos en su propósito de buscar acercamientos con la guerrilla para hablar de paz. Se ha iniciado un debate que puede durar muchos días, muchas semanas, muchos titulares.

Lo que todo el país espera es que no se repitan los intentos fallidos de Cravo Norte en Aráuca, Caracas en Venezuela, Tlaxcala en México, San Vicente del Caguán en Caquetá, aunque fueron experiencias valiosas para el país en el nada fácil camino de llegar a un acuerdo de paz con la guerrilla más vieja de América Latina.

No es fácil, sin duda, creer en la posibilidad, después de haber visto regueros de atentados propios de furias enceguecidas, secuestros eternos hasta perder la noción de humanidad, minas que mutilan cuerpos y almas, los asesinatos de los diputados del Valle del Cauca.

Mas, justamente por todo ello, es preciso el coraje de esperar que sí sea, ahora, la hora de la paz, con más políticas y menos política.

Y como lo advierten muchos de los apoyos manifiestos al presidente Santos: hay que tener en esto como punto esencial el narcotráfico.

Ahora, no basta con la paz de las armas silenciadas, es preciso reducir la pobreza, no sólo en el discurso; hay que distribuir mejor la tierra; es necesario ver que la justicia es y actúa.

Luis Alirio Calle M.

@LuisAlirioCalle