Hasta el próximo domingo por la noche estará abierta la VI Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, por la que pasan y pasarán, desde el viernes pasado, más de 300 invitados, entre escritores, científicos, libreros y promotores de lectura.
“Lee y conducirás; no leas y serás conducido”, advirtió alguna vez Santa Teresa de Jesús en una promocional defensa del acto de leer libros que, abiertos, son expansión del espíritu. Sin decirlo de ese modo, tal advertencia está tácita en cada instante que trascurre de la Fiesta del Libro y la Cultura en Medellín.
Esta es ya la sexta versión de este certamen de la cultura, el número cuatro en asistencia en América Latina después de Guadalajara, Buenos Aires y Bogotá.
La Fiesta del Libro y la Cultura es hoy uno de los más notables testimonios de los pasos que viene dando Medellín hacia lo que la ciudad ha identificado como su transformación, no sólo física sino, fundamentalmente, cultural.
Porque si algo está llamado a sufrir transformación es la cultura.
Y no hablo de aquella de cultivar las artes, la literatura, la ciencia, la belleza y la verdad, sino de la cultura con la que hemos levantado esquemas y modelos que nos hacen aceptar la atrocidad, la corrupción, el derrumbe de la ética, toda forma de infelicidad.
Luis Alirio Calle M.
@LuisAlirioCalle
