Por décadas, la quebrada La Ayurá ha sido más que un simple curso de agua para los habitantes de Envigado, ha sido testigo de historias, leyendas y tradiciones que se han transmitido de generación en generación. Entre ellas, una de las más fascinantes es la de la quebrada que, según el relato popular, tenía el poder de conceder la maternidad a quienes se bañaban en sus aguas.
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Sonia Tamayo, escultora autodidacta y apasionada por su tierra, descubrió esta historia mientras caminaba por la orilla de la quebrada. Su curiosidad y amor por el arte la llevaron a imaginar una escultura que representara esa leyenda.
Rescatar esa piedra no fue una tarea sencilla. Con el apoyo de su familia y la comunidad, gestionó los permisos necesarios con la Alcaldía y organizó el traslado con una grúa. La piedra, que pesaba una tonelada, se convirtió en el eje de su escultura, un homenaje a la leyenda de las lavanderas y las mujeres que acudían a la quebrada con la esperanza de concebir un hijo.
La historia de la piedra de la fertilidad, como algunos la llaman, es parte del patrimonio cultural de Envigado. Sonia Tamayo no solo rescató un símbolo ancestral, sino que también logró plasmarlo en una obra de arte que invita a reflexionar sobre la conexión entre la tradición y la identidad del territorio.
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Desde 1997, su escultura permanece cerca al Hospital Manuel Uribe Ángel como un testimonio silencioso de esta creencia popular, un símbolo de la fertilidad y la historia envigadeña. Sonia espera que su trabajo inspire a las nuevas generaciones a valorar el arte como un medio para preservar la memoria de su gente y su cultura.
