Pico y placa Medellín

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¿Fernando Botero es una representación de la idiosincrasia antioqueña?

¿Fernando Botero es una representación de la idiosincrasia antioqueña?

Foto: cortesía

La identidad regional de Antioquia se representa en las obras del artista Fernando Botero. Los volúmenes elevados y el realce de ciertas partes del cuerpo se equiparan al imaginario de que la cultura paisa es la más grande de Colombia. 

¿Fernando Botero es una representación de la idiosincrasia antioqueña?

Parte de la identidad regional es el discurso del éxito y la mentalidad de progreso, por eso, es normal escuchar que los paisas son los más berracos, los más triunfadores y los más constantes y están seguros de que Medellín es la cuna de los mejores artistas del país y, prueba de ello, es el mismo Botero.

Y aunque las figuras y los colores de las obras de Botero tienen una inspiración fuerte en el arte europeo, han creado un pensamiento social del éxito del arte de Medellín, de cómo esté sobrepasa todas las fronteras y de que los antioqueños se toman el mundo: Esculturas de gran formato se imponen en parques de Argentina o en la entrada del Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile; en Corea del Sur, República de Armenia, España y Portugal entre otros. 

Pero una mirada más local nos lleva a evidenciar cómo el arte de Botero, a pesar de su influencia europea, se ha convertido en parte de la idiosincrasia paisa, porque sus obras se han amalgamado con la cultura de Medellín, representando, además, de su ideal de grandeza. Incluso, hay quienes ven las curvas de las montañas de Medellín en las obras del artista. 

No es gratuito que la obra “Torso de Mujer”, reconocida como “La Gorda de Botero'', se encuentre en uno de parques más representativos de la ciudad: el de Berrío, lugar fundacional de esa Medellín que describe el Gonzalo Arango, el entrañable amigo del pintor, en su poema, Medellín, a solas contigo.

La gorda más querida

Sin lugar a duda, en Botero los paisas se sienten representados, en su extravagancia, su grandeza y la gordura de sus obras, las cuales se han convertido en el paisaje urbano de Medellín, en el lugar de encuentro y el orgullo paisa.

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Artículo de opinión por Sandra Flórez Adarve