¿Qué tan creativos son los colombianos? He visto negocios raros en Colombia, pero quizá el primero que encontré fue en el Parque Berrío. Un hombre vendía monedas. La situación era sencilla: estaba a un lado de un teléfono y en esa época eran necesarias para hacer las llamadas.
¿Quién cargaba con tanta sencilla para marcar y dar una razón, hablar un rato con la novia o avisar de algo importante? Muy pocos, pero ahí estaba el comerciante que, por un peso, cobraba 20 centavos por el “favor”.
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Pero luego apareció el comercio del chance, modalidad colombiana con la cual se mueven millones de pesos a diario por apostar con los números de las loterías.
En todas las ciudades del país hay rebuscadores, en oficios como calibradores –que avisan cuándo pasó la ruta de un bus-, otros, con un palo, golpean las llantas de los vehículos para informar si están “bajitas” de aire.
En las esquinas, paraderos, debajo de los puentes hay vendedores de tinto, cafecito, maizena o aromáticas. Son negocios que mueven millones de pesos.
Con la pandemia surgieron los domiciliarios y acrecentaron las ventas de almacenes, droguerías, restaurantes, cafeterías, pizzerías y ferreterías, entre otros.
Con el ingenio, el riesgo, la agilidad, los negocios se movieron de un lado a otro. En los paros aparecen vendedores de banderas, leche, trapos, cascos, lazos y lo que se desee.
En diciembre se venden desde veladoras, espigas de trigo, papel regalo y cuanto cachivache aparezca. Todo con el fin de mover la economía.
Colombia, en definitiva, es un país rebuscador y trabajador.Los bancos hacen su agosto con sus intereses al límite, las empresas con sus productos y toda clase de Pymes movilizan al comercio.
Un día paré en la programación de Telemedellín. Me sorprendió “Monólogos sin propina”. ¡Qué programa! ¿De dónde sacan tantas ideas estos personajes? No para uno de reír cuando ya viene la siguiente historia.
Un día invité a unos amigos y me acordé del programa. Lo sintonizamos y nos reímos como nunca. Una amiga, esposa, de un profesor de historia, decía: “cambien de canal porque no traje pañal y no puedo reír más”.
Otro programa de genial creatividad lo hace, dirige, conduce, anima, presenta Hernán Darío Usquiano, “el señor de las historias”.
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Es de obligada sintonía los sábados a las nueve de la noche. Usquiano, como lo llaman hasta en su casa, invita a un sinnúmero de orquestas, conjuntos, agrupaciones tropicales. Es la creatividad musical más novedosa de los últimos años.
Quienes logran ingresar a las grabaciones se divierten con la música en vivo. No se sabe cuántas agrupaciones pueden existir en Medellín, pero deben ser bastantes porque Usquiano casi no repite programa.
Excelente la creatividad colombiana y más la de Telemedellín.
¿Qué tan creativos son los colombianos?
Periodista y comunicador social de la Universidad de La Sabana, especializado en gerencia y gobierno de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Redactor. Catedrático.
(Columnista invitado)