Crece la angustia de los desplazados en Ituango. Al parecer, dejar sus casas para huir de presuntos delincuentes no fue suficiente. Algunos temen que en los albergues haya criminales infiltrados.
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Mientras pasan los días en estos albergues, los afectados sufren porque los dueños de lo ajeno saqueen sus casas, en especial aquellas que quedaron a la intemperie por el vendaval del 22 de julio.
Las autoridades continúan gestionando ayudas humanitarias de alimentos, aseo y medicamentos para asistir a los más de 4 mil albergados.
