Luego de haber anunciado a finales del mes de agosto que tomarían medidas para regular la situación migratoria en el Darién, el Gobierno Panameño ha comenzado a implementar estas regulaciones.
Usualmente, 2.500 personas cruzan desde Colombia hacia Panamá cada día. Sin embargo, durante el mes de agosto, se registró la asombrosa cifra de 79.000 migrantes.
Tanto los gobiernos de ambos países como diversas organizaciones han expresado su preocupación por el crecimiento de personas que caminan a través de esta peligrosa selva.
Para el Gobierno panameño, esta situación se ha convertido en una gran preocupación en términos de seguridad y salud pública, ya que muchos de los migrantes llegan en estado de salud delicado, y la cantidad de personas que llega supera la capacidad instalada para atenderlos.
Este corredor del Darién ha estado bajo el control de grupos al margen de la ley, como el Clan del Golfo, que cobran a los viajeros para permitirles el paso. Miembros de estos grupos han comenzado a tener influencia en el territorio panameño.
Debido a estas razones, el país centroamericano había anunciado una serie de medidas para regular el flujo migratorio, lo que llevó a especulaciones sobre un posible cierre de la frontera.
Sin embargo, la directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, Samira Gozaine, anunció en la mañana del 8 de septiembre que el Gobierno panameño comenzará a deportar a las personas que ingresen a su territorio de manera irregular a través de la selva del Darién.
Además de esto, Panamá anunció que reducirá el tiempo máximo de estadía para turistas de algunas nacionalidades, pasando de 90 a 15 días, y aumentará el monto de dinero necesario para ingresar al país a $1.000.
Procuraduría Pide atención a migrantes
