Visitamos con nuestra Cámara Ambulante el municipio de Barbosa, norte del Valle de Aburrá, donde conocimos a un niño de 10 años que sueña con ser el próximo campeón mundial de patinaje y para lograrlo combina sus estudios de primaria con seis días de entrenamiento. Sus padres claman ayuda para los pasajes y sus desplazamientos diarios entre Barbosa y Envigado. Esta es la historia de Simón, el pequeño patinador.
Desde los tres años de vida, Simón ya tenía claro que quiere lograr en el futuro. Vive en la Vereda Isaza de Barbosa y pasa de lunes a viernes en el hogar campesino de esta localidad donde duerme y se alimenta, estudia quinto grado y todos los días a las 5 de la tarde inicia su recorrido de 52 kilómetros hasta Envigado donde entrena patinaje de velocidad y ya se destaca entre los mejores de Antioquia.
El patinaje lo lleva en su sangre, por falta de escenarios para esta práctica en Barbosa, se viste, calza sus patines y entrena más horas, en el hogar donde pasa la mayor parte de su tiempo pero no todo es felicidad, porque su papá, compañero fiel de este sueño mundial, ya no tiene para costearle los pasajes diarios y clama por ayuda.
Este pequeño soñador no se rinde, cuenta que durante sus viajes diarios a entrenar en Metro ha leído más de 15 libros, agradece a quienes lo quieran apoyar y no para de soñar con levantar sus manos para celebrar un título mundial.