Medellín está preparada para ser el Distrito de paz, no solo por la histórica presencia de actores ilegales sino por los años de experiencia de una ciudad que siempre ha buscado espacios de diálogos en medio de sus dificultades.
Aparte de la presencia de actores armados, sea de guerrilla, paramilitares o crimen organizado, Medellín también puede mostrar su experiencia en negociaciones con otro tipo de organizaciones al margen de la ley como bandas y combos.
Acá la oficina del alto comisionado y el gobierno de petro tienen una sociedad civil organizada y una institucionalidad para aportar en todos los niveles que se necesiten, dijo Luis Eduardo Giraldo, secretario de No Violencia.
Por ahora la participación de la sociedad es clave, porque el proceso debe responder a las expectativas y a la realidad de los que se vive en los barrios.
“Se habla del desescalonamiento de acciones de violencia como asesinatos, desaparición y tortura, pero creo que hay una modalidad de violencia, que es la que más vive la gente en el día a día que es la extorsión, y creo que es muy importante que entrara en la discusión qué hacer con ese fenómeno y también”. Max Yuri Gil, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la UdeA.
Además, se agrega la necesidad de continuar pensando y estructurando estrategias que permitan que los jóvenes encuentren posibilidades por fuera de los grupos armados.
“No se le puede decir simplemente se acabó o simplemente se van a la cárcel, sino que hay que buscar políticas sociales que contribuyan al sostenimiento de un acuerdo”, agregó Max Yuri.
