Bruselas, 24 nov (EFE).- Las redes sociales, con Twitter a la cabeza, se han convertido en los últimos tiempos en una herramienta clave de las reuniones de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), donde son utilizadas frenéticamente por responsables políticos, diplomáticos y periodistas.
Basta con un rápido vistazo a la reunión celebrada esta semana en Bruselas para comprobar el éxito de la asociación cumbre + Twitter.
En menos de dos días, la etiqueta #euco con la que se identifica habitualmente la cumbre recibió varios miles de menciones, medios de comunicación de todo el mundo citaron tuits oficiales como fuente y durante horas se mantuvo en la red un prolífico debate alrededor de una cuestión, a priori, tan poco atractiva como el presupuesto de la UE.
¿Por qué funciona tan bien esa asociación entre la popular red de microblogging y las reuniones de líderes europeos?
Una cumbre de la UE es algo así: veintisiete jefes de Estado y de Gobierno encerrados durante dos días -y mucha veces sus noches- en una sala, acompañados de varios centenares de asistentes, portavoces y diplomáticos y rodeados de más de 1.500 periodistas que necesitan noticias.
La situación da para muchas informaciones, relevantes e irrelevantes, para muchos comentarios, chascarrillos y conversaciones que parten de la reunión pero que pueden terminar muy lejos.
A más larga la cumbre -y consecuentemente a más horas muertas en mitad de la noche-, más chistes y más tuits que tienden al absurdo (en la cumbre de esta semana logró una sorprendente popularidad la etiqueta #eucoplaylist, una divertida forma de poner banda sonora a una reunión que en su primera jornada se prolongó hasta bien pasada la medianoche).
Fuera del puro entretenimiento, los periodistas, en su gran mayoría, califican Twitter como "muy útil" para su trabajo en los Consejos Europeos, tal y como explica a Efe el corresponsal en Bruselas de Radio Nacional de España, Antonio Delgado.
"Twitter se ha convertido en el mentidero informativo de la cumbre", señala Delgado, quien recuerda como hasta hace unos años un periodista en una cumbre europea tenía que estar pendiente toda una multitud de fuentes, desde lo que diplomáticos podían comentar informalmente en los pasillos, a los teletipos de las agencias de noticias, pasando por comunicados de prensa.
"Twitter tiene la virtud de reunir todas esas fuentes distintas en una página", destaca, sumando además toda la "rumorología" que rodea a las reuniones de este tipo y que, manejada con cautela, resulta muy útil, según el periodista.
Hoy por hoy, la red social ya no sólo ayuda al periodista, sino que se ha convertido en "imprescindible", según varios profesionales consultados durante la cita celebrada en Bruselas el jueves y el viernes.
Sobre todo, desde que hace dos años el presidente del Consejo, el belga Herman Van Rompuy, se lanzase a la conquista del ciberespacio y comenzase a hacer anuncios oficiales en su cuenta en Twitter antes que a través de los canales de comunicación oficiales.
Así, Van Rompuy (65 años) cuenta con casi 85.000 seguidores y sus tuits, gestionados por su equipo de prensa, son regularmente citados por las agencias de noticias como fuente de sus informaciones urgentes.
"Lo que nosotros tuiteamos viene directamente de la oficina del presidente y la información que damos es la buena. (...) Creo que esa es una de las razones del éxito", explica Dirk de Backer, portavoz del político belga.
En parte arrastrados por Van Rompuy, José Manuel Durao Barroso y Martin Schulz, presidentes de las otras dos grandes instituciones comunitarias, la Comisión Europea y la Eurocámara, también se han sumado a Twitter y cuentan con alrededor de 20.000 seguidores en la red, una cifra similar a la de algunos de los corresponsales bruselenses más activos.
Todos ellos están aún muy lejos de fenómenos como el del presidente estadounidense, Barack Obama, uno de los pioneros en la asociación de política e internet, y que es seguido por más de 23 millones de personas en la red.
Europa, como en otras ocasiones, puede haber llegado algo tarde a un fenómeno, pero sin duda, en el caso de Twitter, lo ha hecho con todo el entusiasmo del mundo.