El arte, la diversión y el brillo llegaron a Medellín en forma de fiesta LGBTIQ+ para darle más vida a la noche diversa de la ciudad.
En el corazón de El Poblado abrió, hace ya varios años, este bar cuyas paredes están forradas en papel tapiz de colores brillantes, donde esculturas de animales, con cuerpos de humanos, dan la bienvenida y la alegoría al amor libre a y a la libertad está por todas partes.
Bar Chiquita nació en el 2017 y se ha convertido, sin duda, en un referente de la fiesta LGBTIQ+ de Medellín y un destino turístico imperdible para muchos que visitan a Medellín.
Este espacio, que vibra al ritmo de la música urbana y el pop rosado, nació como una propuesta política de la fiesta en libertad, un lugar seguro para la población LGTBIQ+ y para las expresiones del cuerpo.
Es así como la vida, y el arte drag comenzaron a tomar mucha más relevancia y visibilidad con esta propuesta, pues Chiquita es un lugar donde el show central de cada noche es para las artistas drags y sus propuestas creativas.
La propuesta que tanto cautivó la escena nocturna y diversa de Medellín, llegó el pasado 20 de mayo a Bogotá, en donde también está causando sensación.
A la capital colombiana llegó el espacio que surgió en Medellín de la mente dos socios y artistas que querían nuevos espacios para divertirse Juan Pablo Gómez y Nicholas Díez.
Tras la pandemia se unió a ellos Dale Robertson, que creyó en la propuesta y en la magia, ayudándoles a resurgir después de las dificultades económicas que les dejó el Covid-19.
Es así como con el ánimo de ellos, hoy Bogotá también cuenta ahora con un nuevo espacio donde el arte diverso local podrá expresarse, y donde la población LGBTIQ+ capitalina podrá divertirse en medio de la música y el brillo de este lugar.
Ahora, esta fiesta glamurosa, diversa y artística, espera conquistar también la escena nocturna de ciudades como Cali y Miami.
La fiesta LGBTIQ+ que se expande por el país