Madrid, 13 dic (EFE).- La detención del fundador de Megaupload, Kim Dotcom, rompió por primera vez el sentimiento de impunidad en el mundo de las descargas ilegales en internet, aunque la falta de un marco legal internacional, como reclaman la industria y los creadores, deja hueco a la reapertura de este tipo de plataformas.
El cierre de Megaupload y la detención de Dotcom, el pasado enero, fue el punto culminante de la batalla de algunos gobiernos contra el aumento vertiginoso de las descargas ilegales en internet de música y cine, principalmente.
Los responsables de "The Pirate Bay", una de las principales páginas del mundo en intercambio y descarga de archivos, fueron condenados a lo largo de 2011 en varios países europeos -Suecia, Finlandia y Holanda, entre otros- por violar los derechos de autor.
Y otros, como España, decidieron reforzar la lucha contra la piratería mediante la creación de una Comisión de Propiedad Intelectual, que comenzó a funcionar en marzo de este año y que llevó a Estados Unidos a excluir a España de la lista de vigilancia sobre propiedad intelectual.
Además, el pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó el pago de la compensación por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, que supondrá además una reducción de la dotación destinada a este concepto de 115 a 5 millones de euros.
Pero si hay un país que se ha aplicado en la lucha contra la piratería ha sido Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses iniciaron en 2010 una campaña de acoso contra estas plataformas que provocó el cierre de casi un centenar de portales de internet por venta de productos falsos y piratas; el bloqueo de exvagos -un foro de intercambio y descarga de archivos- y la clausura de diez dominios de internet por programar espectáculos sin contar con los permisos pertinentes.
Y en enero de este año dieron un enorme golpe de efecto al conseguir el cierre de Megaupload -que contaba en ese momento con 150 millones de usuarios registrados y un volumen de visitas diarias que rondaba los 50 millones- y la detención, en Nueva Zelanda, de cuatro de sus máximos responsables, entre ellos Dotcom, que está a la espera de que se inicie el proceso para su posible extradición.
Muchas medidas judiciales pero pocas legislativas en un área que carece de marco legal, lo que facilita la continua reaparición de páginas de descargas ilegales gratuitas, un sistema que asociaciones como Anonymous quieren mantener.
Anonymous ha sido la más activa en la defensa de esa gratuidad y cuando se decretó el cierre de Megaupload, bloqueó temporalmente la página web del Departamento de Justicia, la de la productora Universal Music y la de la Asociación del Cine de EEUU.
Y mientras Anonymous sigue con sus acciones reivindicativas en todo el mundo -principalmente el ataque contra páginas de gobiernos y de empresas multinacionales-, las plataformas de descargas y de intercambio de información se recuperan a pasos agigantados.
Dotcom ha sido el primero en volver a la carga y acaba de anunciar el lanzamiento de Mega.co.nz, con dominio de Nueva Zelanda para así evitar la persecución de la Justicia estadounidense, que clausuró Megaupload tras acusarle de piratería informática.
El foro exvagos se denomina ahora zasca y los usuarios siguen descargándose contenidos de forma ilegal ante la falta de unas leyes que atajen el problema desde su raíz.
El pasado mes de julio, el Parlamento Europeo rechazó el Acuerdo multilateral Comercial contra la Falsificación, conocido como ACTA, que pretendía luchar contra la piratería en internet pero también contra las falsificaciones de productos comerciales de marca y medicamentos ilegales en la red.
El fracaso en lograr una legislación europea provocó la airada reacción de la Federación Internacional de Productores Discográficos, la Federación de Editores Europeos, la Federación Internacional de Actores y otros organismos internacionales del sector cultural.
Para estos fue una "oportunidad perdida para la UE" en materia de protección de las industrias creadoras europeas y aquellas que apuestan por la innovación.
Unos meses antes también quedaron aparcados dos proyectos de ley antipiratería en internet en Estados Unidos -la SOPA en la Cámara de Representantes, y la PIPA en el Senado-, tras las presiones de los gigantes de internet, entre los que estaban Google, Wikipedia, Reddit, WordPress y Mozilla.
Ante esta falta de definición, las grandes compañías tratan de combatir las descargas ilegales con páginas oficiales en las que están disponibles todos sus catálogos, como Sony Music Unlimited, o mediante plataformas de cine como Filmin, Nubeox, Youzee o Netflix y de televisión como Google TV o Apple TV, pero los precios no terminan de convencer a los usuarios.
Además del estreno simultáneo de películas en las salas e internet, como hizo en España Paco León con "Carmina o revienta", una fórmula que hasta la Comisión Europea está analizando.
Pero aunque en Francia ya se ha dictado la primera condena a un internauta por descarga ilegal de archivos musicales a través de la red, y en Argentina los dueños del portal Taringa! serán sometidos a un juicio oral por permitir descargas ilegales, la falta de unas normas internacionales impiden que la solución esté cerca.