En Medellín son más de 221 mil las familias que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, que termina generando un deterioro de su calidad de vida. Mediante este tipo de acompañamientos se busca que la familia pueda tener no solo un mejor componente alimenticio, sino que redunde en el bienestar de todos los miembros.
“Si una familia puede solucionar su problemática de hambre, que todo su grupo familiar pueda tener las tres comidas balanceadas al día, puede empezar a solucionar otras muchas cosas, poderse concentrar en buscar trabajo, que sus hijos puedan estudiar bien alimentados, de que el adulto mayor tenga unas condiciones de vida saludables”, indicó Magdalena Restrepo, directora general de la Fundación Fraternidad Medellín.
En Colombia, al año se desperdician alrededor de 10 millones toneladas de comida, lo que podría atender unas 8 millones personas, algo así como los habitantes de una ciudad como Bogotá u ocho veces los de La Guajira. A este proceso también se suman iniciativas tecnológicas con el ánimo de permitir un aprovechamiento eficaz de los alimentos y evitar el desperdicio.
“Le ayuda al ecosistema alimentario a redistribuir la comida que no se alcanza a vender específicamente para combatir el hambre, disminuyendo el desperdicio. Estamos permitiéndole al supermercado, restaurantes, hoteles, plataformas digitales, comedores institucionales y agroindustrias donar esos alimentos de manera absolutamente segura y eficiente”, manifestó Jorge Correa, CEO de Eatcloud.
A la Alianza Medellín Cero Hambre se espera que se sumen diferentes entidades públicas y privadas con el fin de seguir aportando a mitigar está problemática.