La década de 1940 presentó a Fernando Botero y Gonzalo Arango en las aulas escolares del bachillerato, cuando estudiaban en el Liceo de la Universidad de Antioquia, hoy Paraninfo de la U. de A.
Desde el Nadaísmo a Fernando Botero
Gustavo Restrepo es el director de la Casa Museo Otra Parte. Además, tiene una página web llamada www.gonzaloarango.com, donde plasma documentos del poeta y narra los hechos más importantes de la corriente intelectual de la década de 1960 y mitad de los 70, cuenta los como ambas genialidades se cruzan en diferentes momentos de sus vidas
"Los registros de la amistad de ambos son varios por parte del maestro Fernando Botero, hay dos ilustraciones: la primera es un dibujo de Gonzalo Arango fumando, y la segunda, es la ilustración que Fernando Botero le hizo a la crónica llamada ‘Medellín a solas contigo’", afirmó Restrepo.
Este último cuadro está en poder de Michael Smith, creador de la página web: www.elprofetagonzaloarango.com. Existe un video donde el hermano de Michael, llamado Norman, muestra este dibujo pintado por Botero para Gonzalo Arango. (Ver video)
El maestro Fernando Botero nunca militó en el movimiento de su amigo poeta (nadaísta), pero siempre estuvieron conectados por espacios comunes de la generación: la música, el arte y el círculo intelectuales.
Cuando el poeta nadaísta trabajaba en El Colombiano, aprovechó un viaje a Bogotá para visitar al pintor, antes de la exposición se reencontraron, y aprovecho la ocasión para escribir el reportaje llamado: "Fernando Botero expondrá en Bogotá la próxima semana".
"En esa visita aprovecharon para ponerse en contacto de nuevo, el resultado de ese encuentro, fue el artículo publicado en el diario antioqueño en el año de 1955 y que también reposa en el libro "Reportajes 1", agrega Restrepo.
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Botero es un hombre que desde joven amó las artes e hizo y formó parte de una generación que le ayudó a Medellín a abrirse, conocerse y explorar sus posibilidades artísticas, culturales y creativas.
El Maestro cumple 90 años de vida y fue justo desde su temprana juventud, cuando empezó una historia de amistad con otro gran intelectual, Gonzalo Arango.
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