Medellín y el Valle de Aburrá son territorios propensos a los deslizamientos, sobre todo, en temporada de lluvias, debido a algunos factores naturales que inciden en los constantes movimientos en masa. La mano del ser humano también ha tenido sus efectos en este fenómeno.
Las montañas que rodean la región Andina se caracterizan por ser zonas quebradas, rocosas y superficiales, lo que hace que sean inestables y propensas a la erosión y deslizamientos.
Las constantes lluvias y el extenso periodo del Fenómeno de la Niña ha generado filtraciones en los terrenos y un gran cúmulo de agua en las montañas, por lo que gran parte del Valle de Aburrá hoy se encuentra inestable. El IDEAM tiene un pronóstico de aumento de lluvias para este siglo entre un 11 y un 39 por ciento.
Sumado a la inestabilidad, está la construcción de viviendas informales en las laderas sin respetar los retiros o están sobre las cuencas. En el Valle de Aburrá hay cerca de 250 quebradas, es decir, que cerca de cada uno de nosotros hay una fuente hídrica.
"Tenemos construcciones informales que por lo general se asientan en las cuencas hidrográficas, no se respetan los retiros mínimos de los cuerpos de agua. Si le sumamos que estás construcciones informales están excavando, tienen cortes, están explanando están moviendo masas que mueven el terreno", señaló Harlem Acevedo Agudelo docente ITM
Desde el territorio metropolitano se lidera de manera conjunta entre la academia, el sector público y privado distintas estrategias para afrontar la emergencia climática y sanitaria en el Valle de Aburrá.
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¿Por qué en el Valle de Aburrá son comunes los deslizamientos de tierra?