Lupus, una enfermedad que no paró a Diana.
A Diana Giraldo le tocó ponerle a su cuerpo sus propias defensas. Dios, su familia y su actitud le han permitido volver a la vida luego del lupus.
Pero no siempre fue así. Tuvo una niñez difícil sin su madre, pero siempre fue una persona activa.
“Siempre fui una adolescente muy activa, ingresaba a equipo de voleibol, baloncesto, jugué tenis de mesa”, dijo Diana Patricia Giraldo.
Esa realidad cambió; hace 10 años comenzó a sentirse cansada, su cuerpo le dolía.
“Me empezaron unas manchas como brote en las piernas, fui donde la dermatólogo y me hizo unos exámenes, ella creía que lo que tenía era lupus”.
Luego de consultar con expertos, su diagnóstico fue lupus. En su proceso fue testigo de un milagro. Le dio un paro respiratorio, y como ella lo describe, vio la luz, pues poco a poco, mientras perdía el aliento, sentía paz.
“Hubo un momento en el que el doctor me cogió duro y me dijo que no me fuera. Hubo un momento en el que me hizo tan duro que yo reaccioné”.
Por vergüenza, dolor o por no generar lástima, Diana ocultó su enfermedad durante 8 años. Iba sola a las quimioterapias, pero sin saberlo, al mismo tiempo, su valentía la ayudó a mantenerse fuerte.
“Yo sentía que era capaz y lo hacía, todo es cuestión de que si uno lo cree, uno lo hace”.
Fue tanto su deseo de seguir que formó equipo con su esposo y le dieron vida a Matías.
Ahora siente el deseo de ayudar a otros. A través de sus redes sociales le enseña a las personas a hacer de su rutina algo consciente.
“Los invito a que me digan en Instagram en dianagiraldoq6, allí les doy motivación, les hago videos de cómo ser más productivos y felices porque sí se puede”.
Pero no es sólo esto, su marca Poder Mágico les enseña a las mujeres, a través de fragancias, que pueden ser encantadoras, lindas, fantásticas y mágicas; nombre que lleva cada splash.
Una mujer que nos enseña que a pesar de tener una enfermedad puedes seguir siendo productiva y feliz porque para Diana Giraldo, la vida es como una paleta, que sin importar que se derrita, se debe disfrutar hasta el final.
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