Este predio ubicado en el municipio de Caldas, que ahora está lleno de vegetación y ajustado a un plan ambiental, antes era conocido como la escombrera La Rondalla.
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Tras varios años recibiendo toneladas de escombros cumplió su vida útil, entró en proceso de cierre y abandono, proceso que fue acompañado por Corantioquia para verificar que cumpliera con los requisitos ambientales.
Y es que, aunque son las Alcaldías las que autorizan el funcionamiento, vigilan y controlan las escombreras, Corantioquia se encarga de que estas se acojan a las normas ambientales y no afecten el patrimonio natural, además de que no afecten el cauce de las quebradas.
Con personal técnico capacitado, esta Corporación se encarga de hacer cumplir las normas ambientales, incluso, en casos como La Rondalla, donde era llevado el material que sobraba de la obra Doble calzada Primavera-Camilo C, acompañó y asesoró a la firma constructora para que se hiciera un correcto uso de esta escombrera.
En lo que corrido de este año Corantioquia ha recibido 20 quejas por afectaciones ambientales de escombreras; de ellas 14 procesos están de investigación, 5 recibieron medidas preventivas de suspensión y 1 tiene suspensión parcial.
