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Luego de los desalojos realizados a las chozas ubicadas frente a la cárcel Bellavista, en la mañana de este domingo ocurrieron varios traumatismos para quienes se disponían a entrar al centro de reclusión. Los comerciantes piden nueva reubicación.
Doña Mirella Carvajal lleva 20 años ganándose la vida atendiendo a las personas que los fines de semana llegan a la cárcel Bellavista a visitar a los presos. Luego del desalojo realizado el pasado jueves, la venta de sandalias, y hasta un lugar donde guardar las pertenecías de las personas se convierte en algo imposible.
Como doña Mirella, cerca de 30 personas fueron desalojadas, un aproximado de 15 chozas fueron derribadas por personal de espacio público de Bello. Los comerciantes afectados aseguran que todo estaría relacionado con la recuperación del lote para el Central Park.
