En Noticias Telemedellín les contamos la historia de Camilo Viloria, un joven sordo, que retó a la Universidad Eafit para crear un modelo pedagógico incluyente, asumiendo los costos de dos intérpretes que cuestan más de lo que él paga por su matrícula.
No poder hablar ni escuchar no ha sido impedimento para que Camilo Viloria cumpliera su sueño de ser comunicador social. Asegura que su comunidad en varias ocasiones no cuenta con personas que sean el puente con la información y quiere ser él quien los conecte con la realidad que se vive en el país.
Leer los libros, entender lo que el profesor explica en clase e incluso los trabajos en equipo son algunas de las dificultades que las universidades identifican a la hora de admitir a esta población. Sin embargo, la Universidad Eafit aunque se demoró un semestre en crear un plan estratégico para admitir a Camilo, ahora le paga dos intérpretes para sus clases que incluso cuestan más de lo que el paga por su matrícula.
Ahora las expresiones y señas manuales se toman su aula de clase, incluso ha empezado a enseñarles su lenguaje a los demás compañeros.
Esta experiencia con Camilo, ha servido para que Eafit proyecte desde el año entrante la modificación de los formatos de inscripción, para identificar cuántos alumnos están en situación de discapacidad y cómo serían los planes de formación con cada uno de los integrantes de esta población.