No cesan los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza que ha dejado más de 8.000 personas muertas, entre ellas más de 3.000 niños. Además se registran graves afectaciones a la infraestructura del enclave palestino.
El pasado miércoles, 1 de noviembre, el Ejército de Israel volvió a bombardear el enclave palestino, específicamente el campo de refugiados de Jabaliya que albergaba más de 110.000 personas, cabe mencionar que el 31 de octubre hubo un primer ataque.
Así pues, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirmó que, “dado el alto número de víctimas civiles y el alcance de la destrucción, esos bombardeos podrían ser catalogados crímenes de guerra”.
En estos dos ataques que afectaron drásticamente la infraestructura de este campo de refugiados dejó un saldo de más de 145 personas muertas y centenares de heridos.
Según el Ejército Israelí, el ataque estaba dirigido contra un comandante de las milicias de Hamás, el cual fue abatido junto con otros 50 milicianos que se ocultaban en túneles.
Esta guerra ajusta ya 27 días, desde que Hamás atacó a Israel el pasado 7 de octubre y desde entonces este país no ha parado el asedio contra la Franja de Gaza, que ha generado el rechazo de diferentes sectores de la sociedad mundial.
