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La heroína protagonista de nuestra historia no tiene capa, tampoco tiene lazos de la verdad ni mucho menos lee las mentes. Tiene un gran olfato, cuatro patas y ladra.
Su nombre es Ada, pertenece al Ejército Nacional, y durante varios años ayudó a detectar minas antipersonales en operaciones para erradicar cultivos ilícitos.
Esta canina, labrador dorada, empezó a perder la vista debido a que las hojas de coca estaban impregnadas con químicos fungicidas, quemándole así la conjuntiva y provocando que con el tiempo quedara ciega.
Ada ya no puede detectar explosivos, por tal motivo fue llevada al Centro de Entrenamiento y Reentrenamiento Canino (llamado CERCA por sus siglas), del Batallón de Ingenieros N.º 7 en donde sería cuidada mientras terminaba su tiempo de servicio en el Ejército.
Estando en ese lugar, sus cuidadores notaron la capacidad del animal para conectar con los niños, por tal motivo se tomó la decisión de convertirla en una perra de terapia asistida y apoyo emocional.
“Ella, con tantas ganas de vivir, ha motivado a las personas a seguir adelante frente a accidentes o traumas sufridos”, dijo el Ejército sobre la canina.
Aparte de motivar a las personas que han sufrido accidentes o traumas, participa en demostraciones con las Fuerzas Militares, mientras pasa tiempo con su nueva familia en Antioquia, en una finca donde comparte con gatos y otros perros.
Ada, la canina invidente que aportó en terapias de niños con condiciones especiales.
Ella perdió el sentido de la vista cuando con las tropas desarrollaba operaciones de erradicación de cultivos de uso ilícito en zona rural del municipio de San José del Guaviare.#AmigoDe4Patas pic.twitter.com/hiO5UHg7Xy
— Cuarta División del Ejército Nacional (@Ejercito_Div4) June 30, 2023
