Miguel Ángel Nutibara Betancur Tamayo es un escultor colombiano que cumple 50 años ininterrumpidos en su profesión.
Este artista empezó en 1973 sus estudios formales en artes plásticas, sin embargo desde los 5 años tuvo su primer acercamiento a la escultura junto a su padre José Horacio, autor de varias obras patrimonio de Medellín
En esos escasos cinco años que tuve junto a mi padre, yo lo recuerdo como si lo hubiese soñado ayer: me llevó a la casa de la cultura que se fundó en 1953 el 19 de marzo, y me dio una pelotita de barro y me dijo “hágame un pez” y yo empecé y me encarreté"
En 1974 empezó a exponer colectivamente y dos años más tarde lo hizo de forma individual con su primera obra monumental llamada La Industria ubicada en el antiguo bloque de la facultad de ingeniería mecánica de la UPB que mide 4.50 metros de altura.
Miguel Ángel Betancur, 50 años como escultor
Este escultor dice que por sus sangre corre barro literalmente, pues cuando su madre estaba en la dulce espera, era la ayudante de José Horacio cuando él hacía los vaciados al colado de materas y en ese oficio ella tragó mucho barro.
Por eso es que lo que se ve en sus 50 años que lleva como escultor es el uso frecuente de arcilla, terracota y piedra: "Ahí está, es la esencia mía"
No sabe cuál es su escultura favorita, pero tiene una que le marcó la vida. Chiminigagua, la creación de la luz, ubicada en la central de San Carlos, es la escultura más grande que existe en Colombia en piedra, mide 18 metros de largo y 6 metros de altura y pesa 184 toneladas.
Es la figura de la diosa del fuego dormida, una mujer en embarazo y después el Dios agua que con los brazos separa la noche del día y del seno de él salen unos rayos a iluminar el universo.
Conversar con él es viajar al pasado, pues su buena memoria le permite relatar con exactitud varios hechos de la historia
Miguel Ángel sigue construyendo esculturas. A la fecha tiene un poco más de 40 monumentos públicos y dicta clases a pupilos que buscan llevar el legado de esta profesión
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