Con su moto eléctrica, Julio César llegó junto a un amigo que se desplazaba en un caminador hasta la Institución Educativa Antonio José de Sucre en Itagüí. Eligieron este lugar para votar debido a su accesibilidad especial, que permitía a Julio César ejercer su derecho al voto sin importar su discapacidad.
"Solía votar en otra institución, pero el proceso era complicado. Cuando tuve la oportunidad de cambiar mi lugar de votación, elegí este lugar porque me dijeron que tenía rampas y un fácil acceso para personas con movilidad reducida. El traslado fue muy sencillo", afirmó Julio César Arcila, habitante de Itagüí.
Esta fue la primera vez que Julio César votó acompañado de su amigo, quien tiene problemas de visión. Ofreció su ayuda para marcar el tarjetón y estar presente durante el proceso.
"Es la primera vez que vengo con él. Es un hombre muy formal y solidario. Él se ofreció a acompañarme", dijo Óscar Darío Ceballo, otro residente de Itagüí.
Para ellos, no existen excusas. A pesar de las limitaciones, acudieron para ejercer su derecho al voto y dejaron un mensaje claro para la sociedad.
"Nuestro mensaje es simple: hay que salir a votar, sin importar las circunstancias. No hay excusas para no ejercer nuestro derecho democrático y hacer que la democracia prevalezca en nuestro país", enfatizó Julio César Arcila, habitante de Itagüí.
Estas historias de vida demuestran que la democracia no tiene barreras ni límites
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