Pico y placa Medellín

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noun-live-broadcast-1664839 Señal en vivo

Violencia juvenil aqueja a Girardota

Con la muerte de un joven de 26 años a manos de otro de 21, más las frecuentes riñas entre jóvenes, los habitantes de Girardota no saben cuándo y por qué su municipio dejó de ser un lugar tranquilo.

Hernán Barrientos vive hace 27 años en el barrio Guayacanes y confiesa que nunca se había percibido un ambiente tan tenso en el municipio. “Este año han asesinado más personas que en otros años, además los constantes atracos y las peleas entre jóvenes alicorados y borrachos parecen una enfermedad en aumento”, afirma el hombre preocupado.

Las cifras son preocupantes: en el 2010 se registraron 9 asesinatos, mientras que en lo que va de este año la cuenta ya va en 12, con el agravante de que 7 de ellos han sido cometidos en el barrio San Andrés, sitiado por el enfrentamiento entre dos organizaciones delincuenciales que, como en otros lugares del Valle de Aburrá, se disputan el control de negocios criminales.

Juan Leonel Alzate, secretario de Gobierno, reconoce que en el municipio ha aumentado la inseguridad, pero según el, las riñas, los atracos y los asesinatos se deben más a un problema de intolerancia que de enfrentamientos entre combos, aunque advierte que hay cosas más preocupantes.

Problema de fondo

“El consumo de drogas en los jóvenes es un problema muy grave, claro que el fondo de esto está en la comercialización y distribución de alucinógenos en muchas veredas y barrios del municipio”, reconoce el secretario de Gobierno, y afirma que el problema para identificar a los delincuentes es que la mayoría de ellos provienen de “combos” que desertaron de barrios de Bello y Medellín.

María, habitante del barrio San Andrés, cuenta que en los alrededores de su cuadra son obvias, a los ojos de todos, prácticas de consumo de drogadas, atracos, intimidaciones, peleas. “Hace poco una vecina dejó pasar a dos muchachos vestidos con ropa de UNE que le dijeron que necesitaban verificar la línea de teléfono y cuando ella accedió ellos la amarraron y le robaron todo”, asegura la mujer.

Los habitantes de Girardota exigen mayor presencia de las autoridades. Insisten que desde que se cambio el comando policial que había en el parque, la reacción de los uniformados es muy tardía para atender los desmanes en las calles de los barrios, donde los delincuentes se sienten de vacaciones, felices y tranquilos.

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