Orfa recuerda que en Villatina quedaba su casa, la que por fortuna, resistió la fuerza de la tierra, dándole oportunidad a ella y su familia de quedar con vida.
Al salir vio que muchos de sus vecinos no contaron con la misma suerte, y que aquel día soleado de cielo azul, en el que decenas de niños hacían su primera comunión y en el estadio se jugaba un clásico entre verdes y rojos, el olor a muerte y tristeza enlutó la tarde.
Por su parte, Joaquín perdió a toda su familia siendo el único sobreviviente.
Hoy, 30 años después, regresó al lugar donde la tierra le arrebató lo que más quería: su madre, a quien recuerda consintiéndolo y sonriendo.
La recuperación del terreno donde ocurrió la tragedia tuvo una inversión de 2 mil 680 millones de pesos y actualmente hay un contrato con Arví para el mantenimiento del campo santo.