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Víctimas del terrorismo se reúnen en París

Por primera vez, Francia acogió el Congreso Internacional de las Víctimas del Terrorismo, evento que organizó su primera edición en 2004,  en Madrid, gracias a la iniciativa del príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y de José María Aznar, jefe en ese entonces del gobierno español.

Esta vez, el VII Congreso se realiza bajo el patrocinio del presidente Sarkozy, hasta el 17 de septiembre.

El evento comenzó por una conferencia de prensa en la que ocho víctimas hicieron  cortas declaraciones, bajo la dirección de Guillaume Denoix de Saint Marc, director de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo. Dos venían de Estados Unidos: Irene Dickey perdió a su esposo en los atentados del 11 de septiembre. Jules Aronson, perdió a su hermana en esa misma catástrofe.

Tres víctimas francesas hablaron: Annabelle Delory, cuyo hijo, Vincent, fue secuestrado y muerto en Niger, el 22 de enero de 2011. Catherine Vannier, perdió a su hija, Cecile, en el atentado de El Cairo del 22 de febrero de 2009. Danièle Klein perdió a su hermana en el atentado libio contra el avión DC-10 de la UTA, el 19 de septiembre de 1989.

Jacob Kimchy, es el hijo de una víctima del atentado de Rishon Letzion, Israel, el 7 de mayo de 2002.  Graham Foulkes, es el padre de una víctima de los atentados islamistas de Londres, el 7 de julio de 2005.

El último en intervenir, Sergio Alejandro Renó, vino de Buenos Aires. Su padre, Emilio Renó, fue asesinado el 26 de julio de 1976 por un comando de la banda terrorista Montoneros.

Falta reconocimiento

Sergio  denunció sobre todo el hecho de que él, como miles de otros familiares de víctimas del terrorismo izquierdista (Montoneros, RPR, etc.), no ha sido reconocido por el Estado argentino. Este reconoció las víctimas de los aparatos de la dictadura militar en las décadas de 1970 y 1980, pero se ha negado a reconocer las víctimas (muertos, heridos, desaparecidos, secuestrados, mutilados y torturados) de las organizaciones de extrema izquierda y peronistas.

Sergio Renó comentó que su esposa es la hija de un desaparecido de la dictadura y que ella sí fue reconocida como víctima y recibió incluso una indemnización del Estado. Pero que él, quien tenía cuatro años de edad cuando perdió a su padre, no tiene derecho a nada. Su padre era policía, y no participó jamás en la lucha antiterrorista.

“Sólo hacía un año que había ingresado a ese servicio. El vendía diarios para  completar su sueldo.  Fue cobardemente acribillado en su puesto de periódicos.  Ese día mi padre estaba acompañado por un niño de 13 años que escapó milagrosamente a las balas: los criminales no sabían que él era su hermano menor”, dijo Sergio.

Victoria Villarruel, presidenta del Centro de Estudios Legales sobre el terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), dijo a  este diario que  las víctimas del terrorismo que nunca fueron reconocidas, y que por lo tanto no tienen  derechos ni apoyo de ningún orden de parte del Estado argentino, son  más de 60.000 personas. “Todas esas víctimas han sido excluidas de las políticas gubernamentales en los últimos 28 años de democracia”, precisó.

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