En noviembre pasado a Elena Mestre, líder reclamante de tierras, le fue retirado el esquema de seguridad. Sin esa protección, Elena dice que hoy está viva gracias un árbol de limones tras del cual se ocultó y un tarro de agua que le permitió aguantar más de 20 horas escondida de un grupo de 80 hombres que, al parecer, querían matarla y que antes habían destruido ocho viviendas y desplazado a más de 25 familias de la vereda Villa Rosa en Turbo.