Yamile es madre de cinco hijos y trabajaba como minera en zona rural del Chocó. Para evitar que la guerrilla reclutara a sus hijos, huyó en 2013 a Bello en el Norte del Valle del Aburrá. En medio de la pobreza, uno de sus hijos de 16 años se devolvió para Quibdó a trabajar como moto taxista. Ejerciendo ese oficio en un intento de hurto el joven recibió cuatro disparos, que aumentaron el drama familiar.
