Madrid, 1 feb (EFE).- Si el rojo y el negro para ellas, y el esmoquin para ellos suelen ser apuestas seguras en toda gala de premios, los Goya se presentan en esta edición con una alfombra roja más ecléctica en la que intervendrán el blanco, las espaldas al aire y las propuestas arriesgadas de los hombres.
Todos y cada uno de los invitados a la ceremonia del próximo 17 de febrero del Palacio de Congresos de la Comunidad de Madrid "quieren deslumbrar, y estar más guapos que nunca" porque todas las miradas están puestos en ellos, pero también porque para actrices, actores y realizadores, los Goya son como "una noche de trabajo", señala a Efe Mar Bardavío, estilista de la Academia de Cine.
La Academia de Cine, organizadora de los Premios Goya, pone un año más a disposición de los invitados un servicio de estilismo, en colaboración con la Asociación de Creadores de Moda Española (ACME), en el que ofrecen vestuario, complementos y asesoramiento para elegir la indumentaria y poder "deslumbrar" en la noche más importante del cine español.
Las propuestas y los diseñadores que ofrecen son tan variados como los corpiños de Maya Hansen, pasando por el clasicismo de Juanjo Oliva y Juan Duyos, el lenguaje futurista de Amaya Arzuaga o la experiencia de Roberto Verino, entre otros nombres de referencia de la moda española, mientras que la joyería corre a cargo de Carrera y Carrera.
Según explica la estilista, ellas suelen primar el estar guapa "por encima de la comodidad" si van a entregar un premio o son finalistas, mientras que si solo asisten en calidad de invitadas es también muy importante "estar cómoda", sobre todo en una velada tan larga como la los Goya.
Pero las cosas están comenzando a cambiar y cada edición tanto mujeres como hombres se atreven "a arriesgar un poquito más"; ellas son cada vez son menos reticentes a escoger un vestido corto o una blusa combinada con pantalón, en vez del tradicional vestido de noche largo en rojo o negro, dos "apuestas sobre seguro", apunta Bardavío.
Ellos también "están empezando a arriesgar un poco más", por lo que esta edición se verá poco esmoquin tradicional, que cederá el testigo a los patrones "más ajustados", como los pantalones entallados, las corbatas estrechas y los cuellos de camisa más pequeños, alegrados con coloridas y extravagantes pajaritas, o pañuelos a juego, asegura.
De este modo, la alfombra roja de la XXVII edición de los Premios Goya se presenta "bastante más ecléctica" que en años anteriores, en especial por las mujeres que desfilarán este año con mucho traje blanco entero, o blanco combinado "con algún otro color más fresco", una tendencia que viene de los Óscar del año pasado y que se ha asentado definitivamente en los recientes Globos de Oro.
Los patrones que se ha ganado el favor de las actrices este año son el tipo sirena -ajustado hasta media pierna y luego con más vuelo-, o con la espalda al aire, dos cortes que favorecen mucho y dan mucho juego para los fotógrafos, atestigua Bardavío.
Aunque la Academia de Cine prefiere no desvelar qué invitados han acudido a este "showroom" efímero y qué diseñador han escogido para esta noche ante posibles cambios de último momento; sí pueden adelantar que la presentadora, Eva Hache, contará entre sus vestidos uno hecho a medida por Juanjo Oliva y otro de la pasada colección de Juan Duyos, entre otros diseñadores.
Con este "showrrom" de firmas nacionales, la Academia de Cine consigue que actores, actrices y realizadores "deslumbren" en la noche más importante del cine español, y a la vez promocionan la moda nacional, un sector que al igual que el cine, "no tiene nada que envidiar" a los diseñadores extranjeros, subraya Bardavío.