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Un nuevo centro de diálogo para que la religión sea solución y no un problema

la religión debe ser una solución y no un problema

Viena, 26 nov (EFE).- Con el objetivo de que la religión no sea un problema para el entendimiento, sino todo lo contrario, Austria, España y Arabia Saudí inauguraron hoy en Viena un centro de diálogo para sentar a la misma mesa a representantes de las principales creencias.

El Centro Rey Abdalá bin Abdelaziz para el Diálogo Interreligioso e Intercultural echó hoy a andar apadrinado por los ministros de Exteriores de los tres socios fundadores y por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Impulsada por el rey saudí, que le da nombre, la nueva institución consta de un directorio formado por representantes católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, budistas, hinduistas y por las tres principales ramas del Islám: la chií, wahabí y suní.

Entre los miembros del directorio sólo hay una mujer, la budista japonesa Kosho Niwano, mientras que el Vaticano participa como Estado observador.

"Lo que intentamos es invertir la ecuación y que (la religión) sea, no parte de un problema, sino parte de una solución", resumió el ministro de Exteriores de España, José Manuel García-Margallo.

"Eso es lo que este centro pretende conseguir en unos momentos de importantes turbulencias en todo el mundo, en el que la religión ha sido muchas veces, más que una solución, un problema", indicó.

El jefe de la diplomacia española recordó que el origen de este nuevo centro fue la conferencia internacional del diálogo que acogió Madrid en 2008 bajo el patrocinio de Arabia Saudí.

Margallo defendió esa iniciativa de crear un foro de diálogo "no entre religiones, sino entre creyentes de distintas religiones que comparten valores y principios en definitiva para lograr un mundo más en paz, más estable, más armonioso y más estable".

El rey Juan Carlos I de España participó en la ceremonia con un mensaje en video en el que trasmitió sus buenos deseos para una iniciativa que, se mostró confiado, contribuirá "a fomentar el respeto a la diversidad de creencias y culturas en todo el mundo".

Por su parte, Ban se refirió al conflicto sirio o a los enfrentamientos entre israelíes y palestinos como ejemplos que muestran lo necesario de proyectos como este y de promover "un entendimiento a largo plazo que trascienda fronteras e identidades religiosas, nacionales, culturales y étnicas".

El centro, financiado, en principio, exclusivamente por Riad, ha sido muy criticado en Austria, donde los partidos de la oposición se opusieron a su creación.

Un colectivo austríaco de defensa de los derechos de los homosexuales y una asociación a favor del laicismo han denunciado incluso al centro al entender que no puede tener el estatus de organismo internacional al estar impulsado por un país que viola los derechos humanos y donde no existe la libertad religiosa.

Respecto a las críticas, el ministro español defendió la creación de este organismo al señalar que "cuando se entiende al otro, se comprende al otro, el diálogo, la convivencia es infinitamente más sencilla".

"España tiene mucho que ganar en este tema. España puede ser un pivote, un centro de reunión de personas que tienen convicciones, creencias y culturas muy diferentes", declaró Margallo respecto a la presencia del país en esta iniciativa.

Fuentes diplomáticas austríacas han asegurado que este centro forma parte de los esfuerzos del rey saudí para fortalecer a los sectores más aperturistas de su país.

A pesar de que Riad financia el centro, su secretario general, el saudí Faisal bin Abdulrahman bin Muammar, explicó que "no habrá interferencias políticas de ningún tipo" y que el directorio será el único responsable de las actividades.