Una sentida y triste despedida al pequeño Naikel se vivió, en la mañana del 18 de septiembre, en la parroquia Jesús Nazareno. La comunidad se congregó en medio de lágrimas, rezos y un silencio conmovedor que reflejó la indignación y el dolor por la partida del menor.
Dolor y tristeza, silencio y lágrimas. Con globos blancos en símbolo de libertad y amor, así fue la despedida del pequeño Naikel, o mejor, la crueldad de un hombre se lo llevó… No le importó la inocencia infantil.
Esta comunidad no entiende cómo la maldad no tuvo piedad, de dónde tanta sevicia.
En medio del dolor, se envió un mensaje en torno a la defensa de la vida y la importancia que los niños crezcan en entornos seguros, lejos de cualquier forma de violencia.
Cada gesto, cada flor y cada oración se convirtieron en un llamado al cuidado.
Ya no estará el pequeño Naikel, su familia pide que no pase a convertirse en un registro. Que su triste historia sirva para que no se continúen cometiendo estos lamentables crímenes.
Así fue el último adiós a Naikel, el menor de 4 años, asesinado por su padrastro
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