Pensar cada día en la manera de cómo hacer más llamativos los productos para los pocos compradores que se acercan a los locales, es una de las tareas más dispendiosas que han tenido que afrontar los venteros en barrios de la ciudad, los precios deben ser cómodos pero no pueden afectar más el bolsillo. Las promociones van desde la porción de frutas hasta el combo de Arepas.
Pero no se trata de vender por vender, la mayoría son juiciosos y sólo le permiten el ingreso o les entregan sus productos a personas que lleven tapabocas y en las entradas instalaron todo tipo de recomendaciones y señalizaciones.
Antes, estas mesas solían estar llenas desde tempranas horas de la mañana, quienes conocían el negocio madrugaron a desayunar en él, ahora tanto las mesas como una cadena, sirven de barrera entre quienes atienden y los compradores.
Con promociones y con letreros llamativos estos locales sacan fuerzas para mantenerse en pie y no tener que cerrar sus puertas, pues de ellos dependen un gran número de familias.