En los brazos de Édison Barrientos están las cicatrices de la tragedia que vivió este hombre por cuenta de la pólvora de un tercero en una noche decembrina hace 12 años.
"El globo se prende entonces la canasta desciende y cayó encima de mí, yo me enredo en la canasta con la pólvora y ahí es donde quedo afectado del ojo, mis manos y tengo trasplante de rótula", cuenta.
Cuando tenía 21 años vio de cerca la letalidad que puede causar el material pirotécnico, ni poniendo el pecho en su paso por el Ejército este hombre se imaginó la pesadilla que viviría.
A pesar de ello, su sonrisa sigue imborrable y jocoso con la su propia desgracia.
Hoy es ejemplo de resiliencia y superación de un accidente que lo dejó con limitaciones físicas.
Su mensaje de vida lo comparte en sus redes sociales como ‘El Manco 205’ para decirle a otras personas con discapacidades que no es el fin. Su limitación no le ha impedido siquiera para repartir domicilios en su moto.
Édison, el manco como cariñosamente lo llaman, no siente límites para abrazar a su familia y protegerla de peligrosos elementos como la pólvora.
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