Polizones y caminantes, con armas cortopunzantes, acechan a los conductores de carga en las carreteras del país, haciendo que cada viaje se sienta como el último de sus vidas.
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Algunos de ellos se desplazan hasta la cabina donde está el conductor para obligarlo a parar el vehículo y otros se paran en la mitad de la vía para obligarlos a parar.
Este panorama se volvió el pan de cada día con la llegada de los migrantes y, según los conductores, se vive en vías de Antioquia como: la troncal de occidente, la vía hacia la costa, la autopista Medellín-Bogotá y la carretera que conecta a Medellín con Valle.
Los que llevan del bulto son los conductores, pues deben responder por la carga hurtada, debido a que el seguro no cobija cuantías menores.
Hoy, ellos piden al Gobierno Nacional mayor presencia de fuerza pública en la vía, pues cada vez aumenta el temor y la zozobra de no saber con qué tipo de polizones y caminantes se van encontrar.