Las transformaciones que la televisión infantil ha sufrido en las últimas 5 décadas, exigen mayor responsabilidad hoy en día en la creación de televidentes críticos y conciencia ciudadana.
Hace más de 50 años, cuando se daba fin a la Segunda Guerra Mundial, muchos pioneros en la realización de televisión en Europa y Japón, comenzaron a prestarle mayor interés y dedicarle tiempo a la “educación en la pantalla”, con la pretensión de evitar que los niños y adolescentes se formaran con bases bélicas.
Ese período de la posguerra guardó una primera concepción de la televisión didáctica, que permitió introducir la escuela formal en este medio; y la mediación entre los hogares y los colegios comenzó a dar resultados importantes como convertir los temas educativos en asuntos diarios de conversación entre los más pequeños, y no las reflexiones sobre la muerte y la venganza.
”A partir de allí, el entretenimiento y la educación se hicieron inseparables. Precisamente “Plaza Sésamo” o “Los Muppets”, programa emitido por primera vez en 1959 en Estados Unidos, y que en Colombia consiguió un éxito arrollador, permitió que millones de niños de todo el mundo tuvieran sus primeras nociones sobre números, colores, tamaños y formas, con los inseparables Ernie y Bert”, dijo Tere Anderson, sicóloga y experta en pedagogía infantil.
Programación infantil que evoluciona
En Colombia, muchos abuelos recuerdan lo divertido que era aprenderse las fábulas de Rafael Pombo con “Rin rin renacuajo”. “Lo veíamos los sábados en la mañana, horario en el que toda la familia se reunía para aprender esas leyendas que hoy en día nosotros mismos les enseñamos a nuestros hijos, más que la televisión”, expresó María Elsy Gómez, artista de 72 años de edad.
Pero los noventa fue la década donse comenzó a producir programación exclusiva para los niños en el país.
En el ámbito nacional, se destacaron “Oki Doki”. Sus protagonistas adolescentes envolvían con historias de amor y de amistad a los niños que comenzaban a sufrir cambios hormonales y hacerse “mayores”. Posteriormente, “Club 10”, del Canal Caracol, retomó la importancia de entretener a niños entre los 0 y 13 años de edad en 1998, con títeres que formaban parte de una familia humana, como Aurelio Cheveroni, el lobo; Dinodoro, el dinosaurio y Mery Moon, la gata.
“Bichos”, de RCN, quiso apostarle a lo nuevos medios como la herramienta predilecta de los jóvenes para expresar sus sentimientos e ideales, y las demás programadoras, pero regionales, comenzaron a emitir series que se quedaron en los corazones de la teleaudiencia infantil.
Teleantioquia y Telemedellín
La incidencia social creciente de la televisión en la vida, el pensamiento y el comportamiento de los niños y adolescentes, influyó en los cambios que las directivas de programación de Teleantioquia y Telemedellín realizaron a sus parrillas. Entre ellos, cumplir con los 60 minutos al día que exige la Ley colombiana en la programación infantil de los canales privados y públicos.
El canal regional, desde su principio de “educar, formar, conferirle bienestar a los más pequeños y evitar que sean consumidos”, ha transformado la oferta infantil con “Caja de sorpresas”, un proyecto presentado por Simón Maya y Juliana Aponte, que lleva ocho años al aire, y que ha logrado consolidarse como referente de la televisión educativa en el ámbito nacional.
Con notas realizadas por niños, para niños, la creatividad se ha hecho evidente en sus innovadoras secciones “Derechos y deberes”, “Explorando el mundo”, “Yo cocino”, “Érase una vez” y “Yo quiero mi mundo”, entre otras.
Telemedellín, por su parte, se posiciona en ese mercado con “Capicúa”, un magazín infantil que se transmite de lunes a viernes en las tardes, y que es presentado por chicos “más maduros”, para niños “más pequeños”, una fórmula que, como muchos canales priorizan, ha aumentado el rating cosiderablemente.
"La televisión, un bien público”
Para Carolina Piñeros, directora de la fundación Red PaPaz (Red de Padres y Madres), en Colombia la responsabilidad de la televisión educativa e infantil la asume de manera integral Señal Colombia: "La programación que este canal de televisión le ofrece a la teleaudiencia infantil es la mejor. Podemos notar que Señal Colombia se ha doblegado en esfuerzos, aumentando el tiempo dedicado a los niños. Destacamos ‘Guillermina y Candelario’, ‘Imagina imaginador’ y ‘La Lleva’". Este último se convierte en el programa más importante del género, después de ser el ganador del premio internacional Prix Jeunesse, galardón más importante del mundo para televisión infantil y juvenil, concedido el año pasado en Munich, Alemania.
Piñeros asegura que lo que se ha logrado es bueno pero no suficiente: "Solo llegaremos a la cúspide a través de la participación ciudadana, y ello se consigue si nos damos cuenta de que el receptor no es el único que debe actuar, las audiencias también son responsables", concluyó.
Relación niño-televisión
Según Tere Anderson, el trabajo que comenzaron a tener especialistas en educación, desarrollo infantil y salud detrás de cámaras en Colombia, se hizo más fuerte conforme pasaron los años, con la invitación a los niños a cantar, bailar y jugar de forma interactiva con sus famosos personajes, aquellos que se hicieron maestros de física, química, matemáticas y español. Este sistema, según la sicóloga, comenzó a dar grandes resultados porque el niño ya se divertía para aprender y educarse.
Los programas que se trasmitían en principio en el país eran, principalmente extranjeros, como "Barney y sus amigos" (un dinosaurio rojo y verde que, a través de canciones y bailes, y con una actitud amorosa y amistosa, entretenía a los niños, les enseñaba a no discriminar y a pensar antes de hablar). "Cómo olvidar los Teletubbies, emitido por la cadena BBC, con contenidos orientados a los bebés y a los niños en edad preescolar, fuertemente criticado por la forma incorrecta de hablar de sus muñecos protagonistas", concluyó Anderson.
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