Continúa la crisis humanitaria en el Norte y Bajo Cauca, alcaldes y campesinos denuncian que persisten los riesgos, la ausencia estatal efectiva y temor en zonas rurales, las familias siguen desplazadas.
En Valdivia, el alcalde insiste en que los municipios del Norte, Nordeste y Bajo Cauca necesitan un tratamiento diferencial por parte del Gobierno nacional. Argumenta que el abandono histórico, la disputa territorial, la presencia de economías ilegales y el control armado han convertido la zona en uno de los escenarios más complejos del conflicto en el país y en temas de desplazamientos.
En Tarazá, la situación es aún más crítica, campesinos denuncian que, aunque el Ejército habilitó un corredor humanitario para el retorno, la presencia institucional se limita a dos puntos fijos de control en la vía principal y no hay acompañamiento para ingresar a las veredas, situación que ven como un riesgo.
En Tarazá son 140 personas las que salieron de sus veredas y ajustan más de 43 días viviendo en un coliseo. Algunos han empezado a migrar a otros municipios para rebuscar trabajo ante la falta de soluciones y apoyo integral del estado.
Denuncian que persisten riesgos de seguridad en varias zonas de Antioquia
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