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La selva del Darién, el limbo de los migrantes

La selva del Darién, el limbo de los migrantes

Miles de migrantes llegan cada día a Necoclí y Capurganá, en la región de Urabá, con la idea de hacer el tránsito por Suramérica hacia Estados Unidos.

Como judíos errantes, hombres y mujeres, sin patria pero con sueños por cumplir salen desde Colombia, en caravanas, la mayoría de ciudadanos venezolanos, con una única meta: "el Sueño Americano"...

El camino es agreste y engañoso, pero un paso obligado para llegar a Panamá y luego seguir, "hasta la libertad", como ellos mismo lo dicen.

"Uno busca en redes sociales, se meten por aquí, la trocha es así, el peligro es este y uno se prepara". dice Víctor Fernández, migrante venezolano.

Los migrantes se preparan para tomar la jungla con toda clase de elementos. Muchos de ellos cuentan que es la primera vez que migran de su país y, otros, de varios lugares de Latinoamérica a los que ya habían viajado.

La travesía por la selva del Darién

Para llegar a Capurganá y tomar la selva deben navegar de dos a tres horas en lancha, La selva del Tapón del Darién es denomina la jungla más peligrosa de Latinoamérica y, para enfrentarla toman entre 8 a 9 días, tiempo durante el cual los migrantes se deben internar en la húmeda y espesa maleza sin saber con qué se van a encontrar o si van a sobrevivir.

El afán de llegar a Panamá hace que sus pasos sean acelerados, pero su prisa no es para nada un estrategia sino la necesidad de sobrevivir, porque por allí llueve casi todo el día, el camino es fangoso y lleno de ríos, pantanos y depredadores que lo convierte en una peligrosa travesía.

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De manera obligatoria y para agregarle un drama más a esta tragedia, quien pase por el Darién debe pagar entre 300 y 500 dólares a los llamado coyotes, dependiendo de la ruta, mafias organizadas que ofrecen varias caminos como si fueran paquetes turísticos, pero una vez selva adentro los abandonan y los dejan a su suerte.

En el camino cada día, cientos de personas pierden la esperanza y las ganas de luchar, el Darién se convirtió en una jungla que ha matado a cientos de migrantes entre mujeres y niños que lastimosamente no podrán cumplir su sueño americano.