El mundo se prepara para el cónclave. A solo horas de este importante acontecimiento, la Capilla Sixtina se alista con las medidas más rigurosas y confidenciales. El uso de dispositivos móviles está estrictamente prohibido y los encargados ya firmaron juramento.
El compromiso de confidencialidad en el cónclave fue oficialmente sellado con las siguientes palabras solemnes.
Prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo pontífice elegido o por sus sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del sumo pontífice.
A menos de un día, el mundo permanece atento a este hecho que define, no solo el presente, sino también el futuro de la santa Iglesia. El secreto es absoluto: nada de grabaciones ni de audio ni de video en la Capilla Sixtina.
“La elección del papa ha tenido variaciones en el transcurso de la historia. En el año 1057, determinaron que esa elección la realizara el clero de Roma compuesto por los padres cardenales. Esas personas se debían convocar en el momento de la muerte del pontífice o, de pronto, en el caso de su renuncia, para que pudieran actuar con libertad y pudieran escoger”, explicó el padre Diego Uribe, sacerdote de la UPB.
Previo al inicio del cónclave en la Capilla Sixtina, el cardenal francés Jean-Marc Aveline denunció ser víctima del robo de un maletín con sus objetos personales. Por su parte, el cardenal colombiano pidió oración por el solemne momento.
Visite además:
