Hay personas que marcan el camino en la vida. A veces, esas personas son personitas que con su inocencia y enorme capacidad para poner en duda lo que creen los adultos, cambian la forma de ver el mundo. Sebastián Navarro
Eso vivió Sebastián Navarro hace unos pocos años, cuando decidió dedicar su vida a ayudar a esas personitas que cambiaron la suya. Hay diferentes creencias que dicen que todos tenemos un propósito en la vida, que vinimos a este mundo a cumplir algún tipo de misión. Pues bien, el propósito de Sebastián es ayudar a tantos niños y niñas vulnerables que necesitan de él y su labor.
Hay personas que se demoran muchos años en entender cuál es esa misión, Sebastián Navarro tuvo la suerte de enterarse siendo tan solo un joven. Desde ese momento ha ayudado a cientos de niños y niñas en Medellín, y ahora en todo Colombia. Y cómo no, si basta con conocerlos a ellos tan solo una vez para querer ayudarlos toda la vida.
Esta realidad es más común de la que todos creemos, y sorprendería la cantidad de niños que uno se puede encontrar debajo de un puente. Pero los hay, y muchos. Al adentrarse por esas puertas de madera lo único que se escuchan son pequeñas voces, pequeños pasos, pequeñas personas. Son, sin duda, la vida de esos lugares.
Sebastián sintió esto inmediatamente y se dio cuenta de su propósito, mostrarles a todas estas personitas que esa realidad que viven no es la única que existe, que tienen todo un mundo por explorar y que su futuro puede ser diferente a lo único que se logra ver entre esas casas de madera.
Por medio de las fundaciones a las que hace parte, no solo les brinda comida y educación, lo más importante es la cantidad de amor y felicidad que les comparte a todos los niños y niñas cada que llega al lugar. Ninguno se resiste a írsele encima, a abrazarlo, darle besos, jugarle o incluso reclamarle porque no venía hace mucho tiempo, así fuera una semana o dos.
Eso es la verdadera misión de Sebastián, darles amor y felicidad. Cosas que parecieran ser muy obvias que tienen todos los niños, por el simple hecho de serlo. Pero no, no todos los tienen y ellos sí que lo agradecen todo el tiempo. Basta con mirarlos a los ojos, para entender por todo lo que pasan a diario y cómo, por un pequeño momento en el que personas como Sebastián les regalan todo su tiempo, ellos vuelven a sentirse niños de verdad, sin preocupaciones, nada más que ser felices. Sebastián Navarro
Y sí, cada que se ve un niño en estas situaciones, todas las personas quieren ayudarlo, entienden que este no es el lugar en el que deberían estar. Pero realmente son muy pocos los que deciden actuar, los que, con lo que puedan, les aportan en algo. Precisamente eso es a lo que Sebastián invita. El dinero no es lo único que ayuda. Cada persona tiene un talento con el que podría aportar, lo importante es utilizar esas virtudes en pro de los demás. En especial si es para unas personitas que logran robarte el corazón.
“Solo se necesitan corazones dispuestos”. En eso se resume lo que hace Sebastián Navarro, lo que invita a que cada persona haga. Darles voz a esas personitas y darse la oportunidad de conocer lo que sienten en sus corazones. Seguir esa convicción que impulsa a hacer algo diferente, que impulsa a ayudar a los demás. Y más que transformar la vida de otros, es dejar que ellos, con la cantidad de cosas que tienen por enseñar, transformen la nuestra. Sebastián Navarro
