Con los ánimos caldeados, la principal víctima de los vándalos en Bogotá fue el transmilenio. Buses rayados, sin puertas y destruidos, afectaron la estructura física del principal medio de transporte masivo de la capital del país.
Cali también fue epicentro de violencia. Entre agresiones y disparos las manifestaciones fueron disipadas con acusaciones de violencia de civiles y de miembros de la fuerza pública.
Otra ciudad donde también se registraron agresiones fue en Pereira, donde policías y manifestantes resultaron agredidos.
En general, el balance nacional fue de confrontaciones y afectaciones a los bienes públicos. En algunas ciudades continúan estos enfrentamientos y el orden público se está restableciendo.