Bogotá, 3 sep (EFE).- El presidente Juan Manuel Santos, reafirmó que su Gobierno quiere poner fin al conflicto armado colombiano mediante un proceso de negociación con la guerrilla pero sin repetir "los errores del pasado".
"Siempre todas las guerras terminan con un tipo de acuerdo, de diálogos y por eso queremos ponerle fin a este conflicto a través de un acuerdo y un diálogo sin que volvamos a repetir los errores del pasado", dijo en su programa radial "En línea con el presidente", que este lunes transmitieron varias emisoras del país.
Al menos tres Gobiernos han buscado sin éxito negociar la paz en Colombia desde 1982, y el fin del conflicto ha sido para Santos una meta que se fijó desde que llegó a la Presidencia, el 7 de agosto de 2010, cuando dijo que tenía "la llave de la paz" y que la usaría cuando se dieran las condiciones.
"Ojalá que podamos llegar a ese sueño que tenemos todos los colombianos, porque llevamos casi cincuenta años en esta guerra que tanto dolor y tanta violencia nos ha causado", manifestó el mandatario.
Santos hizo un escueto anuncio de las primeras "conversaciones exploratorias" que inició su Gobierno con las FARC el pasado lunes, lo que hoy asintió la guerrilla a través de un vídeo que divulgó en su página web.
"Llegamos a la mesa de diálogos sin rencores ni arrogancias", expresó "Timochenko" o "Timoleón Jiménez", alias de Rodrigo Londoño Echeverri, el máximo líder de las FARC, al presentar el "Vídeo por la paz", en el que a ritmo de rap expresan su postura sobre el naciente proceso de paz con el Ejecutivo.
Se espera que esta semana tanto la guerrilla como el Gobierno den detalles de los acercamientos, que según medios locales han tenido lugar desde el pasado febrero fundamentalmente en La Habana, aunque también hubo uno en Barinas (Venezuela), de acuerdo con el diario El Tiempo.
De acuerdo a esas versiones, el anuncio oficial del proceso tendría lugar el próximo 5 de octubre en Oslo, para después conformar las mesas de diálogo, que se instalarían seguramente en la capital cubana, con el acompañamiento de los Gobiernos de Chile y Venezuela y con Cuba y Noruega como garantes.