Especialistas recomiendan no descuidar la higiene oral y cumplir con los protocolos de higiene comunes como usar seda dental, cepillarse tres veces al día y acudir cada seis meses al odontólogo.

Tener una buena salud bucal implica proteger a la vez la salud de todo el cuerpo.
Jorge Arismendi, especialista en odontología integral del adulto, explica el impacto de las infecciones bucales en el resto del cuerpo: “Hay hoy suficiente evidencia científica que comprueba que cuando los pacientes tienen focos infecciosos en su cavidad bucal: caries, problemas en el tejido pulpar o en el nervio, o infecciones en las encías, y diferentes accesos que se forman producto de estas patologías, empieza a aumentar el número de bacterias en el torrente sanguíneo”.

Arismendi asegura que se ha demostrado que las bacterias pueden ir por las venas desde la infección en la cavidad bucal y llegar a depositarse en las válvulas del corazón. Si son pacientes con transplantes, dice el especialista de la Universidad de Antioquia, va a haber acumulación de bacterias ahí: “Hay mucha relación entre las infecciones en la cavidad bucal y la endocarditis bacteriana, una enfermedad difícil de detectar y que arriesga la vida del paciente”.

Normalmente en la boca hay una flora bacterial que hay que controlar, pues forma una biopelícula que se pega a los dientes, entonces aparecen las bacterias patógenas que decalcifican el diente e inflaman las encías, lo que produce pérdida de hueso y, en un momento dado, del diente.

Prevención

Los especialistas recomiendan asistir al odontólogo desde que se es niño, incluso, desde antes que empiecen a salir los dientes para que este evalúe el estado de la dentadura, las encías, los tejidos blandos de la cavidad bucal y el desarrollo de los maxilares. Eso para que no haya problemas en la relación de la dentadura o en la oclusión, para que haya un adecuado funcionamiento.

“No es solo el cepillo lo que necesitamos en la boca, también ceda dental, algunos pacientes necesitan un cepillo interdental o un enhebrador de ceda dental, una crema dental y enjuagues, especialmente para las personas que tienen caries en las raíces de los dientes. El flúor, por ejemplo, ha demostrado ser el único componente que fortalece el esmalte de los dientes y los hace fuertes frente a la caries.

Caries rampante

Es una patología que afecta principalmente a los niños. Aparece cuando se mezclan las bacterias de la boca con azúcares que producen un acido que destruye más rápidamente el hueso.

En nuestro país, por ejemplo, una práctica muy común es que los bebés se duerman con el tetero en la boca. Ya dormido, los niños no se pueden cepillar los dientes y eso produce caries rampante, una de las más agresivas.

Para este tipo de caries el mejor tratamiento, según la odontología, es el fluoruro de estaño, con un problema, que produce una pigmentación oscura en los dientes y cambia el sabor de los alimentos.
Recomendaciones para la salud bucal

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, es posible reducir simultáneamente la carga de enfermedades bucodentales y la de otras enfermedades crónicas si se abordan los factores de riesgo comunes, como el consumo de tabaco y las dietas malsanas:

La reducción de la ingesta de azúcares y una alimentación bien equilibrada previenen la caries dental y la pérdida prematura de dientes.
Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol disminuyen el riesgo de cánceres de la cavidad bucal, periodontopatías y pérdida de dientes.
El consumo de frutas y verduras protege contra el cáncer de la cavidad bucal.
El uso de equipos eficaces de protección en la práctica de deportes y el uso de vehículos automóviles reduce las lesiones faciales.

Las caries dentales pueden prevenirse manteniendo de forma constante una alta concentración de fluoruro en la cavidad bucal. Ello puede conseguirse mediante la fluoración del agua de bebida, la sal, la leche, los colutorios o la pasta dentífrica, o bien mediante la aplicación de fluoruros por profesionales. La exposición a largo plazo a niveles óptimos de fluoruros reduce el número de caries tanto en los niños como en los adultos.

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