Una pareja de presuntos delincuentes forzó la cerradura de un templo católico, lo que alertó a los vecinos. Estos, en colaboración con la Policía, persiguieron y detuvieron a las dos personas, impidiendo su escape.
A pesar de ser capturados en flagrancia, se salvaron de ir a prisión debido a que el párroco no interpuso ninguna denuncia.
"Jesús no vino a juzgar a nadie, no vino a imponernos una ley. Aunque hayamos caído muy bajo, tenemos la oportunidad de levantarnos", afirmó el sacerdote al explicar su decisión en una entrevista para el canal Caracol.
Este incidente tuvo lugar en la iglesia San Martín de Porres, en el barrio Kennedy de Bucaramanga. Según el propio párroco y la comunidad, este templo católico ha sido víctima de robos en cinco ocasiones.
"Debemos aprender a perdonar, es liberador, es sanador. El perdón de Jesús es perdonar de corazón. Estos jóvenes pueden tener carencias de amor, lo material se recupera, pero para ellos puede ser un proceso de aprendizaje, y seguramente Dios tocará sus corazones", destacó el sacerdote.
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