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Retornados: atención a víctimas del desplazamiento forzado en Medellín

Retornados: atención a víctimas del desplazamiento forzado en Medellín

Al igual que Argemiro Hernández, ya son 10.487 integrantes de 3.183 familias las que desde 2007 han retornado desde Medellín con el apoyo de la Alcaldía a sus municipios de origen, tras encontrar en la capital de la montaña asiento tras haber sido desplazados por el conflicto armado.

Pero volvamos a la historia de Argemiro Hernández y su esposa Yolanda Hincapié, quienes salieron desplazados en 2003 de la vereda La Florida, en San Carlos, oriente de Antioquia. Ellos desde 2016 volvieron a estas montañas a reconstruir sus vidas que la violencia en algún momento empañó, como cuando este campesino recuerda lo que le ocurrió a un amigo de la familia.

De esta población según cifras oficiales 1.838 familias llegaron a Medellín escapando de los violentos desde 2007 y se asentaron principalmente en 131 de los 249 barrios de la ciudad, algunos de ellos como: Robledo, Belén, Moravia, Popular y Prado.

Pero con el paso de los años la población desplazada en Medellín ha visto en el programa de retorno otras opciones de vida que les permite empezar de nuevo y tener un futuro sostenible.

Como Iván Parra, quien con su numerosa familia ha encontrado sustento en su micro empresa de arepas que comercializa en tiendas y mini mercados de San Carlos, Claridel Galeano, también gracias a la Unidad Nacional de Restitución de Tierras logró consolidar su proceso de retorno con un proyecto de negocio rural.

No en vano Medellín es referente nacional por su programa de retornos colectivos en los últimos 7 años.

Este trabajo pasa por varias revisiones de las condiciones de seguridad y sostenibilidad económica y social para los interesados en volver a los predios de los que fueron expulsados.

Pero hay otros casos exitosos como el Sandro Evelio Giraldo, quien hoy en día hace las veces de empresario textil y jefe de hogar. Igual ocurre con Sandra Rendón y su esposo Samuel Yepes quienes con su negocio de pasteles han podido hacer sostenible su regreso al oriente antioqueño.

Este esfuerzo también va de la mano de otros de gran significado como los que hacen en el territorio sus propios habitantes para cambiar los referentes violentos que en el pasado marcaron a municipios como San Carlos. Tal es el caso de Joselo, quien junto a otros artistas han intervenido varias casas abandonadas por la violencia por murales al aire libre.