Tuvieron que pasar 21 años, para que Yazmín Rendón volverá a encontrar a su hermana Yenny Ibarra, desaparecida en mayo de 2002 cuando salió de su casa en la comuna 13 pero nunca regresó. Yenny tenía 14 años cuando desapareció.
Tras una intensa labor de búsqueda de la familia y en compañía de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, Yenny fue encontrada en el cementerio de Anorí, junto a 31 cuerpos recuperados en una exhumación humanitaria.
Para Yazmín, el encontrar a su hermana es un sentimiento de tristeza, pero también el cierre de un duelo, de la zozobra de no saber de ella, que ahora llegó a su fin. Al menos le podrá dar santa sepultura.
“Muchos sentimientos encontrados, de felicidad, pero también de tristeza, pero el que más nos embarga es felicidad, porque Yenny vuelve a casa, que vamos a tener un lugar en donde visitarla y hacer el duelo de ella que estaba como en standby con el tiempo”, cuenta Yazmín.
Aunque esta historia ya tuvo un desenlace esperado que era hallar a su hermana, el dolor de la violencia sigue presente, porque aún no ha podido encontrar a su mamá, desaparecida en el año 1998 en la ciudad de Santa Marta, seis años antes de la desaparición de su hermana en Medellín.
“Han sido muchos años de búsqueda, pero creo que ahora el encontrarla deja un sentimiento muy bonito, personalmente con todas esas personas con la unidad, con Martha, con Adriana, con mi familia que aún en la distancia hemos seguido en esa búsqueda”, dice.
Ahora el recuerdo que tiene Yazmín de su hermana es una imagen y un dibujo hecho en papel, en la que se representa la infancia antes de que la violencia las separará, cuando solían caminar en la playa tomadas de la mano, bajo el sol y bordeando el mar azul.
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