Durante cuatro años, Natalia recorrió las calles de Medellín no como operaria de barrido, su trabajo actual, sino como habitante en condición de calle. Circunstancias difíciles en su vida la hicieron tocar fondo y terminó viviendo en las calles.
Otras noticias: Mujer tuvo que salir desplazada de Chocó con sus hijos luego de que asesinaran a su esposo
“Muy triste, muy trágico, muy doloroso, porque fueron muchos años de angustia, de soledad, desesperación, pero lo más importante fue que tomé la decisión y di el paso”, cuenta Natalia Gudiño Martínez, operaria de barrido.
El drama en las calles no solo lo vivió Natalia, también sus hijos y sus padres quienes trataron de convencerla de retomar su vida, pero no fue un proceso fácil.
“Yo en un pasado tuve trabajo independiente, era responsable y consumidora social, entre comillas social, pero de ahí empezó la pesadilla porque de ahí probé la sustancia de la marihuana, el perico y en fin, eso me llevó a otras cosas”, señala.
Después de intentos fallidos y un episodio que marcó su vida, finalmente se decidió a recibir ayuda en el Centro Día e inició su proceso de resocialización.
“Una vez me pasó un accidente y yo digo que ese día era la muerte mía y yo dije hasta aquí fue, y me fui para mi casa, hablé con mis papás y les dije que quería cambiar, que quería retomar”, relata.
Desde hace 22 meses, Natalia culminó su proceso y trabaja como operaria de barrido, retomó su vida y volvió al lado de su familia y aunque no ha sido un proceso fácil, lo logró.