En el papel, la reforma a la salud, contemplada en el proyecto de Ley 010 de 2020, garantizará un mayor acceso a la salud y servicios con mejor calidad y oportunidad, se enfoca en la medicina familiar, organiza el sistema por regiones, lo depura y unifica los regímenes subsidiado y contributivo.
Para las organizaciones médicas que se oponen a la iniciativa, esa es la teoría, pero en la práctica, son muchos los perjuicios para el ciudadano de a pie.
El punto que más críticas ha recibido es que las EPS pasarán a ser aseguradoras, a las que cada colombiano pagaría una prima adicional.
De acuerdo con el senador Fabián Castillo, ponente del proyecto, es falso que nuestro sistema de salud será similar al de Estados Unidos, donde se paga por la atención de cada enfermedad.
La reforma sanitaria también promete solucionar problemas estructurales que dejó la Ley 100 de 1993. Para el representante a la Cámara, Jorge Gómez, esta es la Ley 100 reforzada o versión 2.0.
Otro punto que genera controversia es lo que podría ocurrir con los hospitales públicos: liquidarlos.
El proyecto que cursa con mensaje de urgencia en las comisiones séptimas de Senado y Cámara también tiene capítulos sobre la atención a los migrantes y futuras pandemias. El debate apenas empieza.